Ofrecen becarios de Centro de Escritores de NL lectura de sus obras

Los escritores David Palacios, Roberto López, Elena Urueta, Carlos Alberto Blanco y Paola Villafuerte compartieron fragmentos de sus textos en la Casa de la Cultura de Nuevo León

El Centro de Escritores de Nuevo León ha sido semillero de grandes talentos literarios del Estado y ello fue refrendado anoche con la lectura de las obras de quienes integraron la generación 2024 como culminación de sus trabajos.

Los cinco becarios que integraron esta generación trabajaron durante ocho meses con empeño y dedicación en el desarrollo de poesía, narrativa, ensayo y dramaturgia, y como muestra de ello recibieron al público en la Sala Alfonso Reyes de la Casa de la Cultura de Nuevo León para atestiguar los avances en su escritura.

“De ser un espacio en el cual los autores que ya tienen cierta trayectoria se juntaban a revisar sus textos, fue cambiando a darle espacio a nuevos autores que tuvieran la oportunidad de tallerear con alguien que ya tuviera experiencia. En los últimos 10 años se ha enfocado mucho en apoyar a autores que están empezando y es la primera vez que tienen contacto con un taller”, mencionó Pedro de Isla, escritor y director de la Casa de la Cultura de Nuevo León.

David Palacios trabajó el texto dramático “La maldad de las sandías” (Hasta el fondo) y en su presentación contó con la participación de los actores Tobías Rangel y Anané del Villar.

Esta dramaturgia cuenta la historia de Elena y Tomás, quienes, por separado, han buscado el edificio más alto de su ciudad dispuestos a saltar y se han encontrado el mismo día por mera casualidad. Mientras que él esconde los motivos reales de sus acciones detrás de una protesta medioambiental; ella lo hace por una supuesta visión nihilista del mundo. Conforme los dos esperan a que el otro se vaya para saltar en solitario y ante el eventual descubrimiento de que iban a realizar la misma acción, se van desvelando los verdaderos motivos de sus deseos de morir, y sus acciones antes de decidir hacerlo o no.

En su turno, Roberto López compartió algunos poemas de su obra “Donde la luz se dobla”, poemario que habla de las propiedades de la luz y el amor en sus múltiples manifestaciones; su estructura comprende cinco apartados.

Elena Urueta leyó algunos poemas que conforman “Cientos de soles bajo un cielo despejado”, un poemario sobre el lenguaje, la naturaleza y la familia. Una exploración sobre querer sensibilizarse al mundo natural, pero no saber cómo -irónicamente- por medio de instrucciones que provee la Inteligencia Artificial (IA).

Al hacer preguntas a las máquinas, o la IA, se emprende un proceso de exploración, reflexión y descubrimiento que tendrá como objeto de exploración la flora y fauna nativa del estado de Nuevo León. Urueta también compartió un cuento.

Carlos Alberto Blanco realizó dos lecturas “Literatura comparada” e “Irene”, que forman parte de su libro de ensayos titulado “A pesar de todo”.

Al pasar al micrófono, Paola Villafuerte compartió con los asistentes un fragmento de su novela “Y Dios llamó a lo seco tierra”, en la que una mujer del norte de México cuenta desde el recuerdo episodios precisos de su infancia donde la muerte, el polvo, la divinidad y la vergüenza inundan la narrativa.

El Centro de Escritores es uno de los programas más emblemáticos del Consejo para la Cultura y las Artes de Nuevo León para estimular y fomentar el desarrollo de la creación literaria en el Estado.

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