3 Museos invita a encendido de pino navideño
El Encendido del Pino, acompañado del espectáculo El Cascanueces, a cargo de la Escuela Superior de Música y Danza de Monterrey, el domingo 30 de noviembre, a partir de las 17:30 horas
Hay noches tan mágicas que solo suceden en Navidad. Por ello, el Museo de Historia Mexicana invita a las familias nuevoleonesas a reunirse en torno a una de las tradiciones más esperadas en el estado: el Encendido del Pino, acompañado del espectáculo El Cascanueces, a cargo de la Escuela Superior de Música y Danza de Monterrey, el domingo 30 de noviembre, a partir de las 17:30 horas.
Con esta actividad, los museos del estado envían un mensaje de buena voluntad a la comunidad y agradecen la presencia constante del público en los eventos y exposiciones dedicados a difundir la historia. Ese día, los tres espacios cerrarán sus puertas a las 14:00 horas, para preparar la celebración.
Este año destaca como un verdadero regalo el regreso del ballet navideño por excelencia: El Cascanueces, tras una ausencia de ocho años. Bajo la dirección del Mtro. Roberto Machado, un elenco de 100 bailarines de todas las edades interpretará la coreografía original de Lev Ivanov, con música de Pyotr Ilyich Tchaikovsky, tradición que llena de emoción y belleza la temporada.
El Encendido del Pino marca, de manera simbólica, el inicio de la Navidad en Nuevo León. La explanada del museo es un punto de encuentro familiar: niños, jóvenes, adultos mayores y visitantes encuentran un espacio seguro, gratuito y profundamente emotivo. El acceso inicia a las 16:00 horas; las primeras personas recibirán la tradicional paleta navideña y podrán ocupar los mejores lugares para que en punto de las 19:00 horas se de la cuenta regresiva y se admire cómo el pino se ilumina.
El pino se levanta sobre una estructura cónica de casi cuatro toneladas y 22 metros de altura, iluminado con 54 luminarias y coronado por una estrella LED. Permanecerá en exhibición hasta el 7 de enero de 2026. Su decoración emplea cestas de plástico en colores festivos, convertidas en arte objeto por el artista Sergio Rodríguez.
El Museo de Historia Mexicana agradece la colaboración del Sistema Estatal de Radio y Televisión de Nuevo León, por la difusión y transmisión del evento, así como el compromiso de sus Empresas Amigas: Fundación ALFA, Soriana Fundación, H-E-B México, Ternium, FEMSA, EME.PE, Kalos y Xuguz, instituciones que han respaldado los distintos programas realizados durante el año.
Un Regreso Espectacular
Tras ocho años de ausencia, las familias que asistan al encendido disfrutarán de la presentación de El Cascanueces, que reúne en escena a las y los estudiantes de la Licenciatura en Danza Clásica y del Plan Especial para Varones, quienes darán vida a un recorrido lleno de magia, precisión técnica y sensibilidad artística, en un montaje profesional que celebra el talento, la disciplina y la creatividad de los jóvenes estudiantes de La Superior.
La presentación es un ejemplo del impacto positivo y memorable que generan las colaboraciones entre instituciones culturales del país, por lo que se agradece a la ESMDM, el Patronato de la Escuela, el INBAL y la Asociación de Padres de Familia de la institución.
Inspirado en los Sarapes Mexicanos
El pino del 2025 fue diseñado por Sergio Rodríguez, quien describe su creación con estas palabras:
“Este pino de Navidad surge como un gesto artístico que busca reconciliar lo cotidiano con lo simbólico. Construido a partir de bolsas de plástico multicolores y acompañado por móviles espejeados, el árbol se convierte en un cuerpo que transpira luz, ritmo y memoria. Su inspiración en los sarapes mexicanos no pretende reproducir un patrón, sino convocar la energía cromática y la narrativa cultural que estas piezas textiles han resguardado por generaciones, cuyas franjas, contrastes y ritmos visuales evocan historia, tradición y una profunda conexión con las artes textiles del país.
“La obra propone un diálogo entre materiales industriales y tradición artesanal, entre lo efímero y lo permanente, así como una reflexión sobre la reutilización creativa. Las bolsas plásticas se transforman en un tejido simbólico que cuestiona nuestra relación con el consumo y la duración de los objetos. Al elevarlas a un plano escultórico, se reconfigura su sentido: dejan de ser objetos comunes para convertirse en color, textura y pulsación visual.
“Los móviles espejeados, con la fuerza del viento, introducen un contrapunto lumínico que expande la presencia del árbol más allá de su forma física. Reflejan fragmentos del entorno, capturan el movimiento del espacio y multiplican la experiencia del espectador. En ellos, la luz se fragmenta como una metáfora de la mirada contemporánea: dispersa, móvil, siempre reinterpretando.
“Así, el pino se articula como una síntesis de opuestos: tradición y artificio; peso y levedad; memoria y presente. No solo representa la temporada, sino la capacidad del arte para transformar materiales y significados, para reimaginar símbolos y devolver al observador una nueva forma de ver lo familiar. Es, en esencia, un recordatorio de que la belleza también puede emerger de lo inesperado y de que la identidad cultural es un tejido vivo en constante reconstrucción”, enfatiza.