Recuerdan el pasado poco salubre de Cadereyta

En Crónicas Municipales del COVID-19, el cronista de esta localidad señala a las condiciones de pobreza e insalubridad como factores que inciden en pandemias que han afectado a la población

Monterrey, Nuevo León. Las condiciones de pobreza e insalubridad en las que vivían los primeros pobladores del municipio de Cadereyta Jiménez, Nuevo León propiciaban la propagación las epidemias en la población, manifestó ayer José Ascensión Tijerina, cronista de la localidad.

En su participación en el ciclo Crónicas Municipales del COVID-19, transmitido por el CONARTE a través de Facebook Live, Tijerina señaló que el estilo de vida de los antiguos habitantes del municipio fue perjudicial para sí mismos.

“Los indígenas vivían en precarias chozas de carrizos, no había ninguna cuestión higiénica, ni sanitaria. Desde ese tiempo, don Alonso de León en sus escritos y discursos sobre las condiciones de la tierra y las costumbres de los indígenas en el Nuevo León establece que el lugar estaba plagado de epidemias y que se sucedían esas epidemias cada año bisiesto, o sea cada cuarto años”, expresó.

El arquitecto Sergio Humberto Rodríguez, jefe Proyectos y Apoyos Municipales de CONARTE, estableció un interesante diálogo con el cronista sobre la historia del municipio y el impacto de la pandemia del coronavirus en esta comunidad.

“Hay referencias muy antiguas de epidemias que ya establecía De León y que se siguen presentando, lamentablemente; todas ellas son producto principalmente de la insalubridad, de las condiciones de pobreza y los malos hábitos alimenticios, que traen como consecuencia el debilitamiento del organismo y esto se convierte en el foco ideal para que se presenten estas epidemias”, señaló el cronista.

Mencionó que la sabiduría de De León, el primer cronista del noreste de México, desde aquel tiempo presagia todo lo que hoy sucede en la actualidad: inundaciones, tragedias, epidemias y, además, y está escrito en el valioso Archivo Histórico Municipal, expresó.

Las epidemias

Se tienen referencias de epidemias en el mundo desde el año 850, antes de Cristo, cuando a Roma llegó el cólera morbus y de allí se fueron derivando otras, narró el cronista.

“Con la llegada de los conquistadores se fueron sembrando las semillas de las epidemias, llegó la tuberculosis, la sífilis y la lepra”, señaló.

“Incluso, la gente del municipio dice que tiene temor de ir a ciertos lugares, porque se contamina fácilmente de lepra y tuberculosis”.

Los primeros doctores

“Llegan al municipio unos personajes extranjeros, los médicos Francisco Serpetini, y Moisés Art”, mencionó, “ellos se enamoran de estas tierras, por el clima, las condiciones de la tierra y las costumbres de las gentes y empezaron a ejercer la medicina por estos lugares. Todavía no había ningún médico en la localidad, eran curanderos, brujos y parteras, luego empiezan a forjarse los médicos de la región.

“Tenemos al doctor Julián Díaz Leal, nacido en Cadereyta, se dice que fue el séptimo alumno de la naciente Escuela de Medicina de Monterrey; Díaz Leal empieza ejercer en este municipio, luego se traslada Lampazos de Naranjo y es tan fructífera su labor humanitaria en ese municipio que lo declaran hijo distinguido de Lampazos”, expuso.

Además, agregó, está el doctor Juan Enrique Leal que ejerció su profesión en Cadereyta y Monterrey, y el doctor Romeo Tijerina, un caso especial, pues después de más de 20 años de labrar la tierra soltó los arados, y le dijo a su hermano, mi señor padre, que quería que ser médico y se fue a la Secundaria 1 y la Preparatoria del Colegio Civil y allí con un grupo de distinguidos médicos de la región, entre ellos Mentor Tijerina de la Garza, se van a la UNAM y se graduaron con honores.

“También tenemos a los doctores Arsenio Tamez y Raúl de León y sus hijos, que ejercen con mucho éxito en sus clínicas esa noble labor de salvar vidas”, apuntó.

Crean el primer vehículo de pasajeros

“Apenas empezaban a llegar los primeros vehículos automotores y don José Ángel Arizpe y Abraham Arizpe, que tenían una fragua vieron el vehículo y decidieron fabricar uno; fue el primer vehículo de pasajeros motorizado, impulsado con gas verde, de fabricación casera. Tal vez por eso nos cuelgan el milagrito que somos algo chiflados, muy aventados, positivos, trabajadores y optimistas”, manifestó el cronista.

Cadereyta Jiménez es uno de los 51 municipios que conforman el estado mexicano de Nuevo León, su ciudad cabecera lleva el mismo nombre.

Forma parte de la Zona Metropolitana de Monterrey.

Por encargo del Gobernador don Lázaro González, fue fundada el 12 de marzo de 1637 por don Luis de Zúñiga y Almaraz. Su fundación tuvo lugar en la isleta que forman los ríos San Juan y Santa Catarina.

En 1692, debido a una gran inundación el poblado fue reubicado en la parte izquierda del río Santa Catarina, distante 4.5 kilómetros del sitio de su fundación.

En 1762 autoridades y vecinos solicitan al Gobernador don Carlos de Velasco permiso para mudarse al lado derecho del río, pues estaban sufriendo los estragos de una sequía de 10 años, y lo accidentado del terreno les impedía trasladar el agua del río hasta sus viviendas.

La mudanza al nuevo sitio se hizo en febrero de 1763. El 28 de mayo de 1825, el Congreso del Estado, a iniciativa del Gobernador don Antonio Rodríguez Leal, le dio categoría de Ciudad con el nombre de Cadereyta Jiménez. Su nombre original fue en honor del décimo sexto Virrey de la Nueva España, don Lope Díez de Armendáriz, Marqués de Cadereyta, y Jiménez lo lleva en memoria del general José Mariano Jiménez, precursor de la Independencia en el Nuevo Reino de León. Anteriormente se llamaba San Juan Bautista de Cadereyta.

Desde su fundación, Cadereyta Jiménez, Nuevo León, se ha distinguido por ser un municipio eminentemente agrícola y ganadero, ofreciendo estas tierras un recurso muy valioso para la producción de alimentos, como el maíz, trigo, frijol, sorgo espiguero y forrajero, cítricos y hortalizas.

Con el paso del tiempo y por la excelente ubicación de la ciudad se fueron desarrollando nuevas industrias, floreciendo con gran éxito la fabricación de escobas, de ahí su apelativo a nivel nacional e internacional como La Capital Escobera de México, lo cual fue gracias a la introducción del ferrocarril, hecho por el señor Joseph Andrew Robertson.

La industria escobera nació en 1892 con una fábrica que producía 200 docenas de escobas por mes y actualmente se alcanza una cifra de 50 mil docenas por mes.

También cuenta con la refinería de Petróleos Mexicanos Ing. Héctor R. Lara Sosa, que a través de su oleoducto transporta desde Ciudad Madero, Tamaulipas, hasta sus instalaciones el petróleo crudo para su refinación.

La construcción de la refinería comenzó en 1974, para convertirse en la más grande e importante del país y ser una de las más modernas de Latinoamérica al satisfacer a todo el Noreste de México.

Publica tu comentario

#SÍGUENOS EN INSTAGRAM