Sonideros de la Independencia: oficio hecho por amor y de relevancia cultural
Monterrey, Nuevo León. Los sonideros de la Colonia Independencia y de la zona metropolitana de Monterrey aprendieron por amor, manifestó anoche la artista visual y documentalista Yasodari Sánchez, en su participación en el Encuentro Damita y caballero, porque si no baila con ésta, no baila con nada…Y…¡Pon las buenas, Raulón! es la Independencia: Sintonía Sonidera, realizado en el Lab Cultural Ciudadano LABNL y transmitido por CONARTE a través de Facebook Live.
“Los espacios donde han pasado cosas, experiencias de vida a veces son más significativos que en la misma aula, a veces estar en la calle, en la naturaleza, el compartir los bailes construyen de otra manera lazos afectivos materiales e inmateriales de nuestra geografía, pero también de la psicogeografía, eso es la ciencia ciudadana”, expresó.
“Los entornos y contextos en donde se democratizan los saberes, desde lo material e inmaterial, la calle, la familia, la escuela, el barrio, y el amor porque todos somos expertos en experiencias, todos participamos colectivamente de la naturaleza, la cuidad, el cuerpo y sobre todo en la música, siempre acompañada del amor, porque el oficio de sonidero es un gran ejemplo de lo que es entender lo que es la ciencia ciudadana”, señaló en este encuentro el cual giró alrededor del tema: cómo se aprende con el amor y la ciencia ciudadana”.
En este encuentro participaron cinco de los sonideros más importantes de la colonia Independencia: Gabriel Dueñez, Sonido Dueñez; Jorge Rada, Sonido Rada Tropicalísimo Brisa del Mar; Mario Alberto Murillo, Sonido El Legendario de la Dinastía del Sonido Murillo; Pedro Valdez, Sonido Monarca y Mario Alberto Alfaro, Sonido Zorro Agustín.
La actividad forma parte del programa reflexivo del LABNL, que en el mes de abril se propone el formato de encuentro participativo en torno a las culturas que ocupan los laboratorios ciudadanos.
“Los sonideros de la Colonia Independencia hoy son ejemplo de resistencia y resiliencia, y patrimonio, en una sociedad cada vez más oportunista y consumista, son legado de memoria e identidad en una ciudad que se autonombra capital del conocimiento y la industria, pero que cada vez olvida a quienes la han construido”, manifestó Sánchez.
“Aprender por amor, hacer ciencia ciudadana es precisamente esto porque, los conocimientos no son términos, argumentaciones imposibles de descifrar por lo complicado del lenguaje; la ciencia ciudadana tiene una complejidad mayor, que refiere no solo a una típica erudición vertical y de aula, sino desde los entornos y contextos en donde se democratizan los saberes, desde lo material e inmaterial”, señaló la artista.
Gabriel Dueñez, Sonido Dueñez
“El amor de un sonidero. Me gusta mucho la música y comprar discos y empiezas a comprar LP y es un vicio, así empiezas y es muy bonito tocar en las fiestas, traer la música bonita de Colombia, y qué orgullo de los Sonideros de Monterrey y Sonido Dueñez poder tocar en las fiestas, los cumpleaños, bodas. Estas tocadas que nos han dado tanta alegría y vivencias. Yo le doy las gracias a la gente por haberme apoyado tantos dos años”.
Jorge Rada, Sonido Rada Tropicalísimo Brisa del Mar
“Yo inicié por el amor a la música desde que tengo uso de razón, a los 11 o 12 años, y como todo niño que anda detrás de mis hermanos, que iniciaron en el 75, en esa época, allí fue donde me nació el gusto por la música y a los 15 años ya estaba a cargo del grupo Brisa del Mar.
“Le va uno agarrando cariño a este tipo de música, van pasado los años y haces muchas amistades en todos los bailes que nos contrataban en la Colonia Independencia. Empezamos a ofrecer nuestra música desde los alrededores de los años 70 y 80 y era complicado, porque no había pavimento, era pura terracería, y andábamos por todo el cerro, eran sacrificios, porque teníamos que contratar a alguien para que llevara el sonido y no teníamos el recurso para eso. Sin embargo, también de las cosas lindas es que en conocí a mi esposa y ya tengo 45 años en el sonido”.
Pedro Valdez, Sonido Monarca
“Nos encanta la música, hemos vivido y gozado con los ritmos bonitos de los acordeones y flautas y de todo. Nos atrae mucho la música porque la llevamos en la sangre; si en dos o tres días no oyes una canción, no vives a gusto porque sientes que algo te falta”.
Mario Alberto Murillo, Sonido El Legendario de la Dinastía del Sonido Murillo
“Vengo de una vieja escuela sonidera, soy hijo de señor Mario Murillo, todos los conocen, soy su hijo mayor, él me enseño, aprendí de la música colombiana con él y hasta la fecha estamos a la vanguardia, amenizando todas fiestas, bailes, bodas y quinceañeras”.
Mario Alberto Alfaro, Sonido Zorro Agustín
“Es la vieja escuela que aquí nos trae en la música, fue el amor que agarramos nosotros desde muy pequeños, mis hermosos, uno de ellos fue Sonidero, el Zorro Agustín, que en paz descanse, y yo le seguí los pasos a él, porque desde muy pequeño me gustó la música que él tocaba, también escucha los sonidos de la Colonia Independencia, cuando tocaban Sonido Rada, Sonido Murillo y otros”.